De chico, cuando llovía me pasaba a buscar un viejo, íbamos a la quinta caminando y pasábamos por una calle comida por el paso. Fue en esos viajes que me prohibió cazar a los pájaros, empece a verlos de otra forma, tratando de entenderlos y clasificarlos.
el hornero era un afortunado, tenia otras herramientas para proteger a su familia.
el tordo era el que dejaba los huevos en otros nidos
el colibrí paraba los relojes, quedaba suspendido en el mundo
el murciélago era el vértigo expresado en su vuelo
yo por mi parte me quedo con el barrilete que hicieron mis viejos , al que yo le corte el hilo.
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